Antarmukha es la Consciencia. Es el puro y vasto vacío en el cual emerge todo lo demás.
Y en este vacío carente de forma, nombre, mente y cuerpo, resplandece la expresión del Ser.
Antarmukha es ese fondo de Libertad.

Testimonios

Les espelmes d’Antarmukha ens estant acompanyant en molts moments transcendentals en les nostres vides, celebracions, progressos però sobretot en naixements. Cada cop que algun bebé ha de néixer al nostre entorn l’espelma troba el seu moment per iluminar aquest moment que és llum, es vida i és inici. Quin plaer que la primera llum que veu un bebé quan neix sigui la de la seva mare iluminada amb una espelma feta amb amor i consciència. Gràcies per fer arribar la vostra llum a moltes llars.

Las velas d’Antarmukha nos están acompañando en muchos momentos transcendentales en nuestras vidas; celebraciones, enlaces, progresos però sobretodo en nacimientos. Cuando un bebé de nuestro entorno ha de nacer la vela encuentra su momento para iluminar ese momento que es luz, es vida y es inicio. Que placer que la primera luz que ve un bebé cuando nace sea la de su madre iluminada por una vela creada con amor y consciencia. Gracias por hacer llegar vuestra luz a muchos hogares.

Raquel Gutiérrez Martínez

La meva experiència amb aquestes espelmes d’expansió de conciencia es la d’un acompanyament cap a la meva veritat.
Quan faig el gest d’encendre una d’elles, estic donant-me permís a experimentar la energia que necessito rebre. Segons el meu moment vital això es estimulant, dolç, neutre,…pero també confrontador.
En qualsevol cas la sensació d’acompanyament sempre hi és.

Mònica Maria Ferreriros

La primera vez que llegó una vela Fidijabs a mis manos, fue un regalo de su creador.
Al recibirla, ver toda su belleza y percibir su aroma, no pude resistirme a compartirla con todo el que en aquel instante me rodeaba. Dejándola tocar y oler por todos. Esa fue mi primera toma de consciencia:
si ella era Yo, eso era, lo que por mi necesidad de ser vista, permitía que hicieran conmigo.
Me pasé una semana con ella en el bolso, y no es que pesara poco. Entonces, llegó a mí, la segunda toma de consciencia: solo tenía que decir que era mía y que no quería que nadie la tocase. Era el posicionamiento.
Ese mismo día, la encendí. Desde entonces me acompañan en mi camino de introspección enseñándome constantemente.
Agradezco desde lo más profundo de mi corazón que aparecieran en mi camino.

Marta Alberich Quitllet

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